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7 frutas de hueso que debes incluir en tu dieta

Estamos en plena primavera y las frutas de hueso toman el relevo a los cítricos en los mostradores de nuestras fruterías. Es fácil identificarlas -aunque no a simple vista- ya que son aquellas que tienen un hueso o semilla en su interior, y de tamaño considerable en algunos casos.

En general, las frutas de hueso tienen colores llamativos y son aromáticas, dulces y suculentas, ya que contiene gran cantidad de agua. También aportan muchos nutrientes, entre ellos vitaminas A, C y E, fibra y minerales como potasio. Por eso son buenas para los músculos, las articulaciones, el sistema inmune o el tránsito intestinal.

Estas son las 6 frutas de hueso que deberías incluir en tu dieta:

  • Melocotón: De mayo a septiembre. Tiene pocas calorías y mucha agua. Destaca en antioxidantes y vitamina C (una pieza cubre el 20% de la ingesta diaria recomendada).
  • Albaricoque: De mayo a septiembre. Es como un pequeño melocotón pero con la pulpa menos jugosa. Rico en vitamina A, potasio, calcio y magnesio.
  • Paraguayo: De mayo a agosto. Es otra variedad del melocotón pero achatada. Destaca en carotenos y minerales como potasio, fósforo, calcio y hierro.
  • Nectarina: De mayo a septiembre. Es una variante del melocotón aunque con la piel no vellosa. Es ideal para personas con hipertensión (baja en sodio).
  • Cereza: De abril a agosto. Aporta antioxidantes y vitaminas que ayudan al corazón. También contiene melanina, lo que ayuda a dormir bien.
  • Ciruela: De abril a agosto. Es antioxidante y posee un extra de fibra y agua, lo que favorece la digestión y el tránsito. La ciruela roja es perfecta para tomar fresca o acompañar todo tipo de carnes.
  • Níspero: De marzo a junio. De pulpa anaranjada y dulce es buena fuente de vitaminas C y E, potasio, fósforo, calcio y hierro. Es saciante y diurética, perfecta para evitar la retención de líquidos.

En general, son frutas que conviene seleccionar un poco firmes y verdes, porque siguen madurando una vez recolectadas (excepto las cerezas). Es mejor almacenarlas fuera del frigorífico mientras maduran. Una vez estén en su punto, mejor dejarlas en la nevera no más de 5-7 días.

Se pueden consumir al natural o elaborar con ellas compotas o pasteles. Por ejemplo, se pueden asar unos melocotones a la plancha (o en el horno a unos 350º durante 15-20 minutos) y cubrirlos al gusto (nata, canela, galletas, helado, etc.). También podemos usar estas frutas de base para saludables postres con yogurt o incluso para un original sorbete.

Recuerda: compra sólo lo que necesites e intenta llevar una dieta saludable y equilibrada mientras permaneces en casa. Te animamos a probar algunas de las recetas de BM Supermercados para variar el menú estos días.