Posiblemente seas fiel a una marca de café. Esa taza mañanera ya forma parte de tu rutina diaria para empezar la jornada con buen pie. Pero, ¿qué sabes realmente del café que tomas cada mañana? ¿Conoces la variedad o sus características?

Lo primero que hay que tener en cuenta que hay tantos cafés como personas y gustos. Cada cual tiene sus preferencias, sus rituales, e incluso, sus horarios. Pero más allá de esos detalles, diremos que hay dos grandes grupos de café según su tipo de grano.

• La semilla arábica: es sedosa, afrutada y con toques a cacao. Originaria de Etiopía, es la más extendida y consumida a nivel mundial. Tiene una concentración de cafeína en torno al 1,5%.
• La semilla robusta: es más fuerte y amarga, con toques a frutos secos y madera. También contiene más cafeína: entre un 2-3%.

Por otro lado, a la hora de seleccionar un café también debemos fijarnos en su procedencia u origen, ya que tienen peculiaridades que lo harán más atractivo para un tipo de paladar u otro. Estos son los cafés más conocidos por su origen:

• Brasileño: meloso y afrutado.
• Colombiano: suave y aromático.
• Etíope: intenso con florales y cítricos.
• Keniata: intenso y con cuerpo.  
• Asiáticos/Pacífico: enérgicos y con sabores herbáceos (India, Java o Sumatra).

¿Qué beneficios aporta el café?

La cafeína, consumida de forma moderada, es una gran aliada quemagrasas, ya que acelera el metabolismo. Además ayuda al organismo a afrontar esfuerzos físicos, y al cerebro, mejorando sus funciones cognitivas. La cafeína aumenta la dopamina y la norepinefrina, por eso el café se asocia a momentos de trabajo intenso, exámenes, noches en vela, etc.

Disfrutar del café tiene beneficios y por eso queremos proponerte otras maneras de consumirlo. Puedes incorporarlo a recetas deliciosas como estas:

• Setas salteadas con reducción de café
• Posos de café con chocolate
• Aire de café con frutos rojos