Indispensables para templar el cuerpo en un día frío. Las sopas y caldos forman parte de nuestra cocina tradicional. Las sopas se pueden cocinar con multitud de ingredientes lo que las convierten en un alimento muy versátil pudiéndose adaptar a los gustos y necesidades de cada persona.

Las sopas no son un plato monótono ya que van cambiando según la estación del año en la que se consuman. Hay sopas y caldos que aportan calor y una sensación de confort y  también hay sopas refrescantes como el gazpacho o salmorejo perfectas para el verano. Para su elaboración, se utilizan por lo general ingredientes muy variados como las verduras, pescados, carne, pasta, legumbres, arroz, condimentos etc., ingredientes que aportan, además, propiedades beneficiosas para la salud.

Entre las sopas típicas hay dos que son muy habituales en nuestra mesa de Navidad: la sopa de ajo y la sopa de cebolla.

Sopas de ajo

El ajo es un producto con propiedades antiinflamatorias y antibacteriales y es, además, un gran aliado para aliviar los síntomas de la artritis. Tiene cualidades que ayudan en el sistema gastrointestinal y es positivo para el sistema respiratorio y hepático.

Entre nuestras recetas de sopas de ajo destacamos la sopa de ajo y taco de bacalao y la sopa de ajo con su guarnición aparte. Dos recetas que podrás encontrar en nuestra Revista No Es Lo Mismo Especial Navidad.

Sopas de cebolla

La sopa de cebolla es otro de los platos indispensables para la Navidad. Estimula la digestión y buenísima para tratar la gripe. También regula los niveles de azúcar en sangre y, al igual que el ajo, tiene propiedades antiinflamatorias y antibacteriales.

En nuestro anterior post hablamos de cómo crear menús a partir de platos tradicionales con un toque diferente, pues esta receta de sopa de cebolla con mejillones y almendras es ejemplo de cómo dar un toque personal a un receta con tanta historia.

El secreto de unas buenas soperas se encuentra en el fondo, hecho con ilusión y mimo. ¿Te atreves a meter la cuchara y probarlas todas?