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Dermatitis atópica: ¿Qué relación tiene con la alimentación?

La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad de la piel que se caracteriza por picor, inflamación, rojez y sequedad. Suele comenzar en la infancia y puede persistir durante la edad adulta, o también manifestarse por primera vez en esta etapa. Presenta una evolución crónica en la que suelen producirse brotes.

Los síntomas de la DA son diferentes según la edad de la persona. Así, en niños suele cursar con sequedad, picor, descamación de la piel y erupciones en cuero cabelludo y mejillas que a veces pueden exudar líquido. Estas erupciones pueden aparecer también en codos, rodillas o en el cuello.

En adultos los síntomas son los mismos pero las lesiones tienden a aparecer detrás de las rodillas, en los codos, en la nuca y también en la cara, especialmente alrededor de los ojos.

Causas de la dermatitis atópica: ¿genética y alimentación?

Las causas de esta patología no se conocen con certeza, pero parece deberse a la producción excesiva de células inmunitarias que causan este estado inflamatorio. También la genética juega un papel importante, y es que el hecho de que un progenitor o los dos tengan DA, aumenta considerablemente la probabilidad de que el niño la tenga.

Así mismo, cada vez más profesionales ven una relación entre la alimentación y la dermatitis atópica, y es que, muchos niños con esta afección cutánea presentan también alergias y/o intolerancias alimentarias.

Además, el estado de la microbiota intestinal parece tener también un papel importante en esta patología, ya que se ha observado que tanto las bacterias que la conforman como las funciones que realizan están alteradas en pacientes con dermatitis atópica.

Cómo cuidar la piel en dermatitis atópica

La presencia de estas lesiones en la piel supone la alteración de la barrera cutánea, hecho que favorece la penetración de alérgenos, irritantes y patógenos. Por ello es muy importante mantener la piel bien hidratada y evitar la aparición de lesiones eccematosas

Lo más importante es realizar un cuidado de la piel a diario para prevenir la aparición de brotes. Para ello se debe:

1. Realizar baños cortos, con agua templada y jabones respetuosos con la piel. Los syndet (popularmente conocidos como ‘jabón sin jabón’) son mucho más suaves y respetan el manto lipídico de la piel.

2. Secar muy bien la piel después del baño. Preferiblemente con toallas de algodón y sin frotar, mediante pequeños toques que permitan la absorción de la humedad.

3. Hidratar la piel de forma regular. Las cremas emolientes son las de elección para el cuidado de la piel atópica; su fórmula más grasa que las hidratantes convencionales, penetra más en profundidad en la piel mejorando la barrera cutánea. Se aconseja aplicarla 2 o 3 veces al día.

4. Evitar las temperaturas extremas. Tanto el exceso de frío como el exceso de calor pueden empeorar los síntomas de la DA. El frío puede resecar la piel, pero el calor y la sudoración pueden producir picor y empeorar los síntomas.

5. Priorizar el uso de prendas de algodón. Lasfibras sintéticas pueden irritar la piel. Así mismo se desaconseja el uso de detergentes.

6. Cuidar la alimentación. A pesar de que no se debe restringir ningún alimento a menos que el médico nos lo indique, seguir una alimentación equilibrada y rica en fibra (frutas, verduras, legumbres), evitando alimentos procesados, disminuye la inflamación y, por tanto, ayuda a controlar los síntomas de la DA. También los probióticos naturales como los del yogur, el kéfir, el chucrut, etc., enriquecen la microbiota intestinal y parecen tener efectos beneficiosos.

7. Practicar el autocuidado. Se ha visto que el estrés es un factor desencadenante de los procesos inflamatorios. Utilizar técnicas de relajación, realizar ejercicio físico, tener una correcta higiene y un buen ciclo de sueño puede ayudar en el manejo de esta afección.

Si a pesar de todos los cuidados aparecen lesiones que cursan con picor, enrojecimiento, exudado, etc., se debe consultar al médico.  

  Rocío Narbaiza: Farmacéutica & Nutricionista