
Producto de temporada
Razones por la que amar a la sandía
La sandía es el fruto de la planta que lleva el mismo nombre, y que pertenece a la familia de las curcubitáceas, como también ocurre con el pepino, el calabacín, el melón o la calabaza.
Con más de cuatro milenios de tradición, se cree que la sandía tiene su origen en África. Es una de las frutas de mayor tamaño junto con el melón, pudiendo la sandía alcanzar pesos superiores a los ocho kilogramos.
Existen muchas variedades de sandía: de cáscara verde oscura o de color verde más claro, con rayas, de pulpa rojo intenso o incluso amarilla. Pero podría decirse que se dividen en dos grandes grupos, las que tienen pepitas o semillas y las que no.
Al contrario de lo que se cree, las sandías sin semillas no han sido modificadas genéticamente, sino que son el resultado de una hibridación, que de forma resumida sería mezclar dos plantas cuyos cromosomas son incompatibles dando lugar a una fruta estéril que no es capaz de producir semillas.
A pesar de que se puede encontrar sandía en los mercados prácticamente durante todo el año, es el verano el momento ideal para su consumo, ya que la sandía florece a finales de primavera o principios de verano, llegando a alcanzar su punto óptimo de maduración durante la temporada estival.
Beneficios de la sandía
- Con casi un 95% de agua en su composición, esta fruta es una de las grandes protagonistas del verano, ya que ayuda a mantener un buen estado de hidratación. Además, es una fruta con un valor energético muy bajo que ayuda a mantener un peso saludable ya que produce un efecto saciante.
- También contiene un buen puñado de vitaminas y minerales entre los que destacan la vitamina A y C, que ayudan a mantener una correcta visión y un buen estado de la piel y los tejidos. Entre los minerales destacan el magnesio y el potasio, encargados entre otras funciones de la contracción muscular, la producción de energía o la síntesis de proteínas.
- Es rica en antioxidantes. Además de la vitamina C, la sandía contiene carotenoides, licopeno y curcubitacina, que ayudan a neutralizar el efecto nocivo de los radicales libres. Además, varios estudios han demostrado que el licopeno tiene un efecto protector frente a la pérdida de masa ósea, previniendo así la osteoporosis.
- La sandía es una fruta muy versátil. Gracias a su sabor y aroma suaves puede incorporarse a las ensaladas, añadirse al gazpacho para darle un toque original o preparar postres a base de sandía que gusten tanto a pequeños como a mayores.
- Es un tentempié ideal para un día de playa. Y es que con el calor pocas cosas hay más placenteras que comer un buen trozo de sandía fresquita. Eso sí, es importante mantenerla siempre fría, ya que el calor fomenta la proliferación de bacterias como la Salmonella o Listeria, ya que las infecciones producidas por estas pueden ser muy graves.
Rocío Narbaiza: Farmacéutica & Nutricionista |