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Verano

Consejos para un verano saludable

El verano significa periodo de vacaciones para muchos, pero lo que en principio puede sonar a tiempo de descanso y relax, a veces se convierte en todo lo contrario. Viajamos, hacemos turismo, pasamos horas al sol, comemos fuera de casa, trasnochamos,… y todo eso el cuerpo lo nota. Unos cambios de hábito, propios de estos meses, que podemos controlar con unas pequeñas pautas para que nuestro verano sea lo más saludable posible.

Hidratación

El calor y el ajetreo del verano hace que estemos más deshidratados, se calcula que un adulto puede llegar a perder al día un litro de agua en condiciones normales, hasta casi dos si atravesamos una ola de calor. Por tanto, es importantísimo que estemos constantemente hidratándonos. Agua, zumos, refrescos,… y también alimentos con mucha agua como la sandía y el melón, los grandes protagonistas del verano.

Exposición al sol

Hemos oído mucho hablar de los peligros que conlleva una exposición prolongada al sol, pero no está de más recordarlo. Evita las horas centrales del día y protégete de sol con gafas, gorro y crema solar para la piel.

Higiene

En días de calor lo mejor es un chapuzón en la playa o en la piscina, lugares en los que solemos estar descalzos y eso conlleva la posible aparición de hongos en los pies. La mejor forma de prevenirlo es evitando andar descalzos en las zonas comunes como duchas y aseos. Las chancletas serán tus mejores aliados.

Problemas digestivos

Irse de vacaciones suele traer consigo un desorden en las comidas que puede afectar a nuestro estómago. Comemos a deshoras, a veces cantidades copiosas y generalmente alimentos más calóricos. Como consecuencia malas digestiones, estreñimiento y otros problemas digestivos. No se trata de estar a dieta en vacaciones pero sí de intentar buscar un equilibrio. Aunque nos demoremos en la hora de comer o cenar, es conveniente no saltarse ninguna de las cinco comidas. Debemos desayunar, almorzar, comer, merendar y cenar, pero sin atiborrarnos. El buffet libre del hotel es tentador, pero debemos ingerir despacio y con cierto control.

Evita el sedentarismo

Una cosa es descansar en vacaciones y otra muy distinta es caer en el sedentarismo absoluto. No estamos hablando de salir a correr todas las mañanas pero sí de evitar estar todo el día tumbado. Pasear por la playa, nadar o realizar alguna actividad de ocio con tu familia o amigos te ayudará a mantenerte activo.

Comer seguro

El aumento de temperatura en verano favorece el crecimiento de las bacterias por lo que la precaución a la hora de conservar los alimentos debe ser mayor. Especial cuidado con la mayonesa, las salsas, las comidas preparadas con huevo y con las frutas y verduras, que debemos lavar bien si su consumo es en crudo. Así mismo, a la hora de cocinar limpia bien los utensilios que vas a utilizar para evitar intoxicaciones.

Prevención

Ya dice el refrán que más vale prevenir que lamentar así que si estás preparando las maletas no olvides incluir un botiquín de primeros auxilios con algunos elementos básicos que pueden serte muy útiles en tu viaje. No olvides que las vacaciones son para disfrutarlas y ¡bon voyage!