
Alimentación saludable
Trufa: un delicioso tesoro de la tierra cargado de nutrientes
La trufa es un hongo subterráneo que crece junto a las raíces de algunos árboles como el roble o la encina. Las zonas en las que puede encontrarse este hongo no son muchas, y entre ellas destacan el sur de Italia, Francia y también algunas zonas de España.
Este hongo crece a unos diez centímetros de profundidad por lo que se requiere el olfato de perros adiestrados para encontrarlas y poder extraerlas.
Existen diferentes variedades de trufa; las más conocidas son la trufa negra, la trufa blanca y la trufa de verano, cuyo sabor, apariencia -y precio- difieren entre sí. También crecen en temporadas diferentes; así, la trufa negra la encontramos de noviembre a abril, la blanca entre septiembre y diciembre y la trufa de verano de mayo a septiembre.
La trufa ha ganado mucho protagonismo en los últimos tiempos, convirtiéndose en un producto muy apreciado por los grandes cocineros y amantes de la cocina, llegando a denominarse oro negro.
Al ser un producto tan exclusivo, se suele servir en pequeñas cantidades, ya sea en forma de láminas o rallada para aderezar los platos de pasta, huevos, pizza, quesos, etc.
Propiedades de las trufas
- Rica en hidratos: Las trufas tienen un perfil nutricional sorprendente y es que son ricas en hidratos de carbono, proteínas de alta calidad y fibra, pero además contienen ácidos grasos saturados e insaturados.
- Contiene micronutrientes: Entre los micronutrientes que contienen las trufas destacan la vitamina C, el fósforo, el manganeso, el zinc y el hierro.
- Antioxidantes: Además de la vitamina C, las trufas contienen antioxidantes como el licopeno, que pueden ayudar a neutralizar el efecto nocivo de los radicales libres y prevenir así de enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes o las enfermedades coronarias.
- Efecto antibacteriano: Algunos estudios sugieren que las trufas tienen propiedades antibacterianas, que pueden frenar el crecimiento de algunas cepas bacterianas como Staphylococcus aureus y Pseudomonas aeruginosa, implicadas en un gran número de enfermedades y que habitualmente (como en el caso de Pseudomonas aeruginosa) son resistentes a la acción de los antibióticos.
A pesar de que la trufa tenga buenas propiedades nutricionales, no se debe obviar que es un producto que se consume en muy pequeñas cantidades, por lo que, más que por los beneficios físicos que nos brinda, añadámosla a nuestros platos para disfrutar de ese aroma y sabor tan especiales ¡Buen provecho!
Rocío Narbaiza: Farmacéutica & Nutricionista |