El pudding de chía es una de mis meriendas favoritas por varias razones: la primera es que está riquísima, la segunda es que es muy nutritiva, y la tercera es porque se hace en un periquete. Más abajo comparto la receta, seguro que te va a encantar…

Las propiedades de este pudding son muchas; además de las vitaminas y proteínas que nos aportan la fruta y los lácteos, hay que añadir las de chía. Esta pequeña semilla que se extrae de la planta Salvia hispánica es uno de los alimentos vegetales con mayor concentración de ácidos Omega 3 y Omega 6, que ayudan a disminuir el colesterol malo (LDL) y aumentar el colesterol bueno (HDL).

Chía: una buena carga de proteínas y fibra

Alrededor de un 20% del contenido de la chía son proteínas. Las proteínas son esenciales durante el crecimiento y mantienen la estructura de tejidos. También intervienen en el transporte de oxígeno por la sangre y actúan como anticuerpos, protegiéndonos de manera natural de las infecciones.

La chía también es una buena fuente de fibra: saciante y buena para la salud gastrointestinal. Aporta unos 11 g de fibra, casi la mitad de la recomendación diaria en población adulta. También ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre, así que aquellas personas diabéticas podrían incorporarla a su dieta.

Además es rica en minerales, entre los que destacan el calcio, el magnesio y el fósforo. El calcio mantiene fuertes nuestros huesos y dientes. El magnesio participa en la transmisión nerviosa y la formación de proteínas entre otras y el fósforo forma parte de huesos y dientes, así como del material genético y de las moléculas responsables de almacenar energía (ATP).

Por otro lado, las semillas de chía son ricas en antioxidantes, que van a prevenir el envejecimiento prematuro producido por radicales libres de los tejidos, protegiendo así el corazón y de otras enfermedades degenerativas como el Alzheimer o el cáncer.

Pudding de chía con arándanos y crema de cacahuete

Ingredientes

30 g de semillas de chía

25 g de arándanos congelados

50 g de yogurt natural

Un vaso de leche o bebida vegetal

Vainilla natural en polvo

Crema de cacahuete sin azúcar

Un puñado de arándanos naturales

Preparación

Triturar la leche o bebida vegetal con los arándanos congelados.

Añadir la chía y remover hasta que espese.

Batir el yogurt con la vainilla y reservar.

Poner en un vaso y refrigerar hasta que cuaje.

Un vez que cuaje añadir los arándanos naturales, el yogurt con la vainilla y una cucharadita de crema de cacahuete.

Mezclar todo y disfrutar.