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Alimentación

Empieza el día con un desayuno saludable

Muchas veces hemos escuchado decir eso de que el desayuno es la comida más importante del día, y así es. Al despertarnos por la mañana nuestro organismo lleva entre 8 y 10 horas sin recibir ningún alimento y, si no desayunamos, la falta de glucosa hará que nuestro cuerpo queme otras reservas energéticas. Como consecuencia de este ayuno, nos sentiremos más cansados, estaremos malhumorados y nos costará más concentrarnos y rendir en nuestras tareas diarias.

Por ello, debemos tomarnos en serio la primera comida del día y dedicar tiempo a prepararnos un desayuno saludable.  De hecho, la Asociación Española de Dietistas y Nutricionistas recomienda que dediquemos entre 20 y 30 minutos a desayunar con calma, eso nos permitirá una mejor digestión desde la mañana.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que tomar solo una taza de café o una infusión no es desayunar. Para que el desayuno sea sano y completo debemos acompañar ese café o té con al menos tres grupos de alimentos: fruta (fresca o en zumo), cereales (mejor integrales) y productos lácteos. Podemos incluir además otros alimentos como embutido bajo en grasa, huevos o frutos secos.

Es también recomendable añadir una grasa complementaria. Aunque podemos utilizar mantequilla o margarina, es preferible que tomemos aceite de oliva, que ofrece muchos más beneficios a nuestro cuerpo, y especialmente a nuestro aparato digestivo. Reduce la acidez gástrica, estimula el tránsito intestinal y favorece la absorción de los nutrientes.

La bollería industrial no está prohibida, pero sí limitada. Podemos permitirnos un capricho el fin de semana, pero no debemos tenerlos presentes en nuestro día a día. El alto contenido de grasas saturadas y aceites vegetales de la bollería industrial son los causantes de la hipertensión, el colesterol o incluso la obesidad y, por tanto, no es recomendable abusar de este tipo de productos.

Lo más importante es no caer en el aburrimiento. Si no comemos ni cenamos lo mismo todos los días, ¿por qué repetir el mismo desayuno todos los días? ¡Hay que variar! Si ayer tomaste un zumo de naranja,  hoy puedes prepararte una macedonia. Si un día desayunas un yogurt con cereales y fresas, al día siguiente puedes prepararte unas tostadas de pan integral con queso fresco y algo de miel. Pero si prefieres un desayuno salado, puedes optar por un sándwich de pavo y pepino, unos huevos revueltos o una tostada con aceite jamón y tomate.

Así disfrutará tu paladar y tu salud te lo agradecerá desde la mañana. ¡Feliz desayuno!